Canales, arquitectura romántica, parques y jardines, paseos en calesa… Algunas ciudades invitan a enamorarse.
¡Qué bonito es el amor! ¡Y qué bonito es poder disfrutar de él en ciudades encantadoras que nos regalan rincones y estampas románticas a cada paso! Aquí tenéis cinco clásicos:
Venecia, esencialmente romántica.
Única por sus canales, por sus puentes y por enclaves como la Plaza de San Marcos. Todo enamorado que se precie debe visitar su famoso Puente de los Suspiros, saborear un café en cualquiera de sus coquetas plazas, perderse por sus estrechas callejuelas y, cómo no, disfrutar de un paseo en góndola al atardecer, esencia del romanticismo veneciano. A pocos minutos en vaporetto pueden visitarse las no menos pintorescas islas de Murano, Burano y Torcello, famosas por el cristal y los encajes.
Praga, la ciudad de las cien torres.
Desde el Puente Carlos, de noche, las luces de los barcos, las estatuas fantasmales y el Palacio Real a lo lejos brindan un espectáculo que despierta interesantes sentimientos. Si sumamos las callecitas llenas de tiendas, los músicos en las esquinas, los paseos en coche de caballos por la ciudad vieja o las cenas a la luz de las velas en los pequeños restaurantes de Mala Strana, no cabe duda de que Praga, además de ser una de las ciudades más bellas del mundo, es una ciudad ideal y mágica para enamorados.
París, mon amour.
La ciudad del amor por antonomasia está plagada de experiencias y lugares románticos: un paseo nocturno en barco por el Sena para disfrutar de la magia de la ciudad iluminada; un brindis con vino francés en alguno de los encantadores bistrós; recorrer sus parques y jardines o las calles adoquinadas del barrio latino; jurarse amor eterno en el Puente de los Enamorados… ¿Otro romántico secreto? Escondido en una placita del barrio de Montmartre, en el Parque Jehan-Rictus, se encuentra el Muro de los Te Amo, un mural de azulejos que recoge la expresión “te amo” en ¡más de 300 idiomas!
Brujas, encanto medieval.
Coqueta, íntima y con un aire muy, muy romántico. La belleza de sus canales y su centro histórico nos sitúan en un escenario de cuento de hadas. Toda la ciudad es una auténtica maravilla, pero si deseas conocer un lugar especialmente romántico, acércate al Lago del Amor o Minnewater. Y si quieres sorprender aún más a tu pareja, regálale un paseo en calesa por el casco antiguo o atrévete a subir los 366 escalones del Beffroi, desde donde disfrutareis de una inmejorable vista panorámica de la ciudad y sus alrededores.
Santorini, los atardeceres más bellos.
La isla griega más hermosa es famosa por su laberinto de estrechas callejuelas empedradas, iglesias de cúpulas azules y casas que caen en cascada hacia el mar. Pero si por algo atrae Santorini, además de por su pintoresca belleza, es por el espectáculo que regalan sus atardeceres cuando el sol se hunde en el mar Egeo. Una cena romántica en cualquiera de los restaurantes que sirven de mirador es una experiencia inolvidable.
¿Conocéis algún lugar especial que queráis compartir con nosotros?